La restauración de la restauración

La campaña del miedo contra los nuevos partidos tiene raíces históricas. PP y PSOE no protegen más que un régimen bipartidista y turnista como el que ya existió en España en el siglo XIX. Fotografía: burbuja.info

Ciudadano Kang

Genial capítulo de Los Simpsons que, pese a ser un especial de Halloween refleja perfectamente el sistema electoral americano y la maleabilidad del voto. Una representación pública favorable de los políticos puede valer una buena cantidad de votos. Fotografía: hipertextual.com

Educación de la economía

¿Es la educación un gasto? ¿Quizás una inversión? ¿O tal vez un derecho? Fotografía: escuela-amauta.org

Marionetas del poder...

Pitos en lugar de corrupción. Venezuela en lugar de programas. Eufemismos en lugar de palabras. Las cortinas de humo no son nuevas en la comunicación política y la película de Barry Levinson lo demuestra claramente. Fotografía: tintasalvaje.com

Vuelvo enseguida

Aquí el capítulo de la serie Black Mirror, "Be right back" al que hace referencia el artículo de Sheila Algarra "Mentiras digitales". Privacidad como mercancía. Fotografía: geekz.blog.hu

lunes, 2 de noviembre de 2015

El debate sin revisión

Sheila Algarra

El Código Penal se debate en la calle y cada ciudadano se indigna por la dureza de las penas. Juicios por televisión, recreaciones de asesinatos, análisis de gestos y búsqueda de una historia detrás. Una serie policiaca que comienza a las tres de la tarde. Quién juzga qué.
ixchelabogados.es

La implantación de la prisión perpetua revisable plantea una serie de cuestiones muy significativas en el ámbito jurídico. En la Constitución queda claro que las penas privativas de libertad siempre tienen que ir orientadas hacia la reeducación y la reinserción social. Aunque la finalidad de la justicia sea mantener, dentro de lo posible, un orden social, creo que no debemos obviar este objetivo de reinserción que se marca; pues si lo dejamos de lado, estaríamos hablando de venganza y no de justicia. Aún así, la cuestión no está en la Constitución como si de una ley divina se tratara, pues todo puede ser susceptible de debate.

Estamos ante una medida que requiere fe en confiar en la parte “revisable” de la historia. La prisión permanente revisable se aplicará solamente en los casos que se den los supuestos de homicidios terroristas, los cometidos contra el Rey o el príncipe heredero y contra jefes de Estado extranjeros. También será la pena prevista para los casos de genocidio y crímenes de lesa humanidad con homicidio, así como, en el primer caso, con agresión sexual. Una vez que se den alguno de estos supuestos, se aplique la reforma y el preso cumpla una condena de entre 25 y 35 años, deberá ser revisada periódicamente por el tribunal de la sentencia y si no se acuerda una revisión, la condena será de por vida.

En el caso de que se demuestre realmente que el preso puede ser un peligro para la sociedad, su aislamiento sería razonado, pero la cuestión está en qué hay de revisable en ello y qué procedimientos se llevarán a cabo para valorarlo ya que la recuperación de un preso es algo bastante relativo. Hablo de la importancia de lo “revisable” porque ahí está la delgada línea entre justicia y venganza; seguridad y orden; revisable e implantado.

Además, si el término ya es bastante relativo, con los supuestos que tiene que cumplir el preso para que se le aplique la reforma, estaríamos siempre ante un caso muy mediático, y por lo tanto, la objetividad deja de ser un aliado. Con los juicios televisivos, la sociedad pide el endurecimiento de las penas desde la calle, y a los que han implantado la reforma les ha sido muy fácil sin apenas abrir el debate. Han eliminado muy fácilmente está cuestión porque es muy sencillo, la gente se pone en el papel de las víctimas porque conoce sus nombres, cada detalle de su historia, ha acompañado a los familiares en su dolor, y es por ello que la sed de venganza y de indignación por esta justicia, que no siempre es justa, cada día es más fuerte.

Es un debate que no ha causado demasiado revuelo porque, en gran medida, la gente está de acuerdo. Una encuesta de Metroscopia realizada el 3 y 4 de febrero de este año mostraba cómo son cuatro veces más las personas que se muestran a favor de la cadena perpetua, revisable o no, que los que se encuentran totalmente en contra. El porcentaje más numeroso es el que está a favor, pero siempre que sea revisable con un 47%. El siguiente dato más destacado es un sí a secas. Solamente un 18% de los encuestados estaría totalmente en contra de la medida.


En caso de que quedara claro que un preso se encuentra bajo alguna enfermedad psicológica y la probabilidad de que vuelva a hacer daño a la sociedad sea potencialmente alta, creo que el derecho de toda la sociedad y la seguridad ciudadana, podría quedar supeditada al derecho a la reinserción social. Pero, en mi opinión, estaríamos hablando de ciencias inexactas difíciles de evaluar y ante casos muy mediáticos donde la justicia se puede ver condicionada por la nueva percepción ciudadana en la que nos encontramos. Nos hallamos en una época en la que la visión de la justicia se hace desde dentro, con esto quiero decir que a los asesinos y víctimas les ponemos nombre y apellidos. Hace unos años, cuando surgía el debate de la cadena perpetua y se ponían ejemplos de países donde estaba implantado, la gente solía decir que esa medida no era propia de una sociedad justa, y sin embargo, ahora la gente lo pide en España. Esta indignación ha sido agravada por la irritación que ha causado las penas a todo confort que se han llevado desde las cárceles.


Además, la implantación de esta reforma también atiende a intereses políticos. Primero se tomó la decisión de implantar la cadena perpetua revisable y luego se pensó en los casos en los que se aplicaría. Esto lleva a pensar que los supuestos son lo de menos y que se quería aplicar, en parte, porque también traería beneficios políticos porque así la gente pensaría que por fin se hace justicia. Así se lanzó una medida, muy difícil de valorar por encontrarse dos derechos enfrentados, sin ni si quiera sopesar antes los supuestos en los que se aplicaría ni exactamente en qué consiste la parte de revisión de la reforma.

lunes, 26 de octubre de 2015

Hábitat popular


Juan Ignacio Cantero

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, convocó ayer lunes las elecciones generales para el 20 de diciembre y compareció ante los medios para hacer balance de la legislatura. Términos a priori contradictorios como Rajoy, comparecencia, medios de comunicación y balance se dieron cita tras la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros.

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Y sí. Rajoy atendió a la prensa pese a su natural alergia mediática y su fobia a responder a preguntas. No lo hice a través de ningún plasma ni de ningún otro miembro del partido. Esta vez estuvo presente físicamente y aguantó el tipo ante su archienemigo público. Por fin la gaviota echó a volar más allá de los siglas y se adentró en un entorno casi inexplorado.

El todavía presidente habló de corrupción, de la corona, de Cataluña, de la reforma constitucional de los posibles pactos... pero donde de verdad estuvo especialmente anecdótico e incluso comediante fue al hablar de sus disposición debatir. Rajoy no es especialmente reconocido por su aportación de datos fiables ni por sus dotes cómicas, pero ya que se había lanzado a abandonar las ruedas de prensa en diferido no iba a dejar que el espectáculo se quedara a medio rematar. Show must go on.

Ante la pregunta de si estaba dispuesto a debatir durante la próxima campaña electoral, adoptó una pose despreocupada y una mueca pícara mientras pronunciaba las palabras mágicas: "es mi hábitat natural". Además añadía el dato del día junto a esa jocosa afirmación: "soy el candidato que más veces ha participado en este tipo de debates". La primer afirmación hay que tomársela directamente como una broma, la segunda, no tanto.


Y es que el candidato popular no miente al decir que es el candidato que ha participado en más debates electorales. Lo cierto es que no ha debido resultarle difícil habida cuenta de que España es un país con una ínfima tradición a debatir en campaña para las generales. Tan solo cinco debates han sido celebrados en este país desde que se instauró la democracia, de los cuales Rajoy ha participado en tres. Dos hubo en 1993 entre Felipe González y José María Aznar, otros dos en 2008 entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, y uno más en 2011 entre el propio Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba.

Ahora bien, dichos debates tenían un formato absolutamente encorsetado en el que los candidatos y su equipo elegían prácticamente todo, desde la iluminación a los tiempos de los turnos. Nada que ver con el debate semiimprovisado entre Albert Rivera y Pablo Iglesias el pasado domingo en Salvados. Rajoy ha participado en más debates que los demás pero no lo ha tenido difícil. A la falta de tradición de debates que hay en España, se suma su larga trayectoria política y su adhesión a formatos estructurados y programados con antelación. 

Rajoy no mintió, pero tampoco dijo la verdad. Lo que realmente suena a chiste es lo de que el espacio mediático es su hábitat natural. Todo cuando es sabido que Rajoy ha sido el presidente más reacio a las apariciones públicas, a la rendición de cuentas y a la depuración de responsabilidades. Un presidente que aparece por plasmas y que evita las comparecencias ante los medios hasta que no tiene más remedio no puede afirmar que forma parte de ese ecosistema.


Además, ahora mismo tendrá el récord a batir en cuanto a la cantidad de debates, pero no está dispuesto a que nadie venga a superarlo, ya que no está dispuesto a debatir en un debate a cuatro con PSOE, Cidadanos y Podemos y ni siquiera sentarse en frente de los nuevas agrupaciones.

El presidente del gobierno abrió la campaña electoral con buen pie. Un dato que había pasado inadvertido: el de su récord en debates, y un chiste sobre su simbiosis con el medio comunicativo. Parece que la gaviota ha querido encontrar su habitat lejos de las siglas populares, pero la zona de confort está dentro del ecosistema del partido.


viernes, 16 de octubre de 2015

Política de fichajes


Juan Ignacio Cantero

La política se ha mimetizado con el mundo del espectáculo. El marketing y la imagen de marca se han convertido en primordiales para los partidos políticos y los candidatos que cada día "sienten menos los colores" solo buscan el contrato de sus vidas. Solo importa la apariencia para conseguir un buen puñado de votos que otorguen el título del gobierno.

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Como si de un club deportivo se tratase, los partidos organizan sus plantillas en listas para salir a competir en la temporada electoral. Se fijan los objetivos, las estrategias, los equipos... y entonces llegan los fichajes. Es ahí cuando se pone en marcha el aparato de imagen y marketing y donde los partidos buscan flamantes jugadores que den notoriedad. El último gran fichaje lo ha protagonizado el PSOE. Irene Lozano, diputada por UPyD ha sido reclutada por el Secretario General socialista, Pedro Sánchez para ser candidata de nuevo a diputada. Esta vez con el color de la camiseta un poco más rojizo que el "rosa" Diez.

Su fichaje es cuanto menos curioso, siendo su ex-partido, UPyD, uno de los más críticos con el bipartidismo y con las fuerzas políticas asentadas PP y PSOE. Curioso también que tras perder las primarias para sustituir a Rosa Díez frente a Andrés Herzog, confesara que abandonaba el partido pero no la política. Curioso que sea una de las políticas más mediáticas por su insistencia en la lucha contra la corrupción y por su defensa a la militar Zaida Cantera que denunció acoso laboral y sexual por parte de sus superiores en el ejército. Curioso que la propia Cantera también vaya en las listas del PSOE para las generales tras volcarse España con su caso y mediatizarse sobremanera... Curioso...

                                                                            Rosa Díez ataca al bipartidismo

Fichajes galácticos para acaparar el centro de atención mediático que supone una mina de votos. Pero no es la primera vez ni seguramente sea la última, en que los partidos políticos tiran de celebridades para captar la atención. El propio UPyD nació como una agrupación ligada a grandes nombres de la cultura, política y sociedad para entrar copando el share de la audiencia. El conocido filósofo Fernando Savater, el actor Toni Cantó o el hermano de Jaime de Marichalar, Álvaro, pusieron cara a un incipiente partido que puso cinco escaños rosas en el parlamento.

También el PP ha incluido celebridades en sus listas para adquirir notoriedad. La miss Eva Pedraza maquilló a la gaviota mientras la campeona de atletismo Marta Domínguez intentó ganar la carrera de fondo popular.

Otro de los tradicionales como Izquierda Unida, realizó en las pasadas municipales un intento de reconocimiento mediático poniendo al poeta Luis García Montero como cabeza de lista en la Comunidad de Madrid. Por si fuera poco, su campaña fue apoyada por su gran amigo Joaquín Sabina que puso música a un partido buscando ser de nuevo galante de la izquierda española.

                                                  Vídeo de campaña de Luis García Montero

Los nuevos partidos del cambio tampoco se libran de los fichajes estrella. La agrupación de Pablo Iglesias, Podemos, inscribió como cabezas de lista a la distinguida ex-jueza Manuela Carmena, y la incesante activista Ada Colau en Madrid y Barcelona respectivamente. Grandes fichajes para grandes plazas que además obtuvieron resultados inmediatos pintando dichos ayuntamientos de morado. También la pareja del propio Iglesias, Tania Sánchez, militaba en Izquierda Unida y aseguraba que no iba a adherirse a la incipiente formación Podemos. Finalmente Sánchez, va en sus listas y aporta la relevancia de su imagen mediática a la palestra.

El partido de Albert Rivera, Ciudadanos, también se mueve en el mercado. La hija del prestigioso científico Eduard Punset, Carolina, se engrasó en sus listas para dar al naranja un método científico. Precisamente Ciudadanos tentó a personalidades de UPyD para adherirse a la formación, entre ellos a Toni Cantó que finalmente declinó la oferta. Además muchos de los políticos de ciudadanos provienen del PP y ahora luchan por desbancarles del Gobierno. Este hecho enlaza con la reciente incorporación de Irene Lozano al PSOE por el daltonismo cromático que se da en la política. 

Parece que los colores no se sienten hoy en día. Los tonos políticos se destiñen en un ansia de escaños y poder. UPyD ha sido una agrupación en constante tensión con el bipartidismo y la ley D'Hont. Además hasta el último momento ha luchado por liderar el partido y ante su derrota se marcha al PSOE. El rosa ha adquirido para ella una tonalidad más en busca del mantenimiento de su escaño. Y todos salen ganando. Ella seguirá en el juego político al tiempo que el PSOE gana en apariencia e imagen renovadora.

La política de fichajes está a la orden del día y las reglas del juego cada día son menos claras. Todo vale para ganar votos, todo vale para acceder a un escaño. Las convicciones y valores siguen siendo la clave para algunos políticos pero otros están en el mercado. Mientras los galácticos sigan vendiendo camisetas la democracia seguirá siendo representativa.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Un cuerpo sin expresión


Sheila Algarra

No hay nada más bonito ni puro que la sinceridad de una sonrisa. Tampoco más inocente que las pecas de una niña cuando llega el verano, ni una carcajada de un niño al ver a su abuelo. La pureza de una lágrima, un cabello que se desliza sobre la cara, una falda que corre con el soplido del viento.

Todo ser humano goza de la perfección, es trazado de tal manera que sea único. Sin embargo, nos han adoctrinado en un modo de ver la vida donde los valores y los defectos infunden una ingrata hipocresía. Un mundo donde la belleza de las cosas se sumerge en una lucha por alcanzar la talla 36. Nos han enseñado que no hay mujer bonita que mida menos de 1,70 de altura, que no tenga unos labios gruesos muy rojizos, una cara fina pero con unos pómulos marcados, una cintura que abarque la mano pero con unos pechos grandes. Cuerpos imposibles, figuras que provocan paranoias mentales en las que todo el mundo quiere tener un hueco.

Los cánones de belleza atribuidos en nuestra sociedad condenan a no aceptarse. El cuerpo se ha convertido en el centro de una inquietud e insatisfacción constante. La cultura en la que vivimos provoca pensar en nuestros “defectos” como si de un pantalón o un armario se tratara. Víctimas de ser “defectuosos”.

 

La cultura de la imagen

 

Siempre ha habido cánones de belleza, ideales que han cambiado y evolucionado con el tiempo. En otros periodos, una figura bonita era la de caderas anchas que mostraban la fertilidad y la tez pálida revelando la poca aproximación al campo y al sol. Hoy en día ocurre lo mismo pero con un gran agravante que hace un flaco favor a la salud; los medios de comunicación en general y los spot publicitarios en particular. Programas televisivos muestran que para cambiar por dentro primero tienes que cambiar por fuera, dándole una importancia exacerbada a físico como si de ello dependiera el oxigeno con el que la humanidad respira. Un ejemplo es ‘Cámbiame’ de Telecinco, que cambia por completo los estilos de vestir e intenta tapar los defectos físicos, encima para colmo vende al espectador nada más y nada menos que una obra social.

 

Otro de los problemas que generan los medios de comunicación es el machismo que trasmiten a la hora de apostar los cuerpos femeninos como modelo de negocio. El ejemplo que se lleva la palma en este aspecto es la prensa deportiva, pero parece que esta moda de modelo de negocio comienza a fallar (además siempre son mujeres como si la prensa solo fuera leída por hombres). Este lunes se ha anunciado el rediseño de la revista Playboy, se han propuesto eliminar las fotografías de mujeres desnudas de sus portadas. Sin embargo, esto es más bien un paso atrás porque no se ha planteado desde el machismo, sino por rentabilidad económica. En esta cultura de la imagen en la que vivimos estamos tan acostumbrados a ver desnudos que estos modelos han dejado de rentar. El director ejecutivo de la revista lo dejó claro con su declaración: “ahora estás a sólo un click de lejos de cualquier acto sexual que te imagines de forma gratuita”, por ello cree que ese modelo “es cosa del pasado en este momento”.

Inma Cuesta en 'El Periódico'
 

Hay veces que a la mariposa le gusta recordar que un día fue gusano y defender a los que todavía lo son. Inma Cuesta ha provocado un gran debate este fin de semana tras denunciar a través de la red social Instagram los retoques exacerbados de una fotografía en la portada de la revista dominical de 'El Periódico'. La actriz ha subido la imagen auténtica junto a la retocada con frases como: "Verte y no reconocerte, descubrir que tu imagen está en manos de personas que tienen un sentido de la belleza absolutamente irreal".


Modelo de Victoria´s Secret
Este no es el único caso de famosas que se rebelan contra los excesos de los retoques y apuestan por la naturalidad. Famosas como Kate Winslet o Julia Roberts se han manifestado en otras ocasiones en contra de esta situación. La semana pasada también surgió otro debate en torno a la “magia del PhotoShop”, la marca de lencería Victoria’s Secret lanzó una foto de una de sus modelos sin nalga izquierda pero uno de los seguidores de la firma decidió arreglar el fallo y subirla a las redes.

Es un problema importante pero, al menos, se empieza a ver algunas reacciones contra esta cultura de la estética. Contra este  mundo decantado por una precaria identidad que lucha por la eterna juventud. Cuerpos que se contonean por las ciudades con diferentes versiones de un mismo patrón.


 

 

 

martes, 13 de octubre de 2015

Nacionalismo por bandera


Juan Ignacio Cantero

El 12 de octubre es el día del orgullo Rojigualda, de la ostentación militar, del patriotismo al máximo exponente. Es el día de España, de ese concepto abstracto sin unos límites establecidos pero que todos te dicen que hay que amar u odiar para ser una persona coherente. Algo así como la fe. Unos creen en ello y otros no, pero todos piensan que su causa es más justa y que han de convencer al resto de adherirse a ella.


www.libertaddigital.com 
El nacionalismo, que tantos problemas genera al crear una obligación de pertenencia y una repulsa hacia lo extranjero. Una nación a la que hay que amar y defender, mientras se la magnifica por encima del resto. Este sentimiento de pertenencia grupal conlleva la búsqueda de un enemigo común para su total cohesión y para eso, otro nacionalismo es la mejor opción. El ejemplo cinematográfico se encuentra en la película “La Ola” de Dennis Gansel.



La cruzada independentista catalana propiciada por los esfuerzos de Artur Mas de tapar el desfalco y corrupción de su partido (Convergencia i unió) en esa Comunidad, han abierto la veda de la lucha nacionalista. Los intereses personales de Mas y Convergencia en mantener el poder a toda costa han despertado el nacionalismo que dormitaba en Cataluña. Pero si ya es grave que despierte el nacionalismo catalán, todavía lo es más que este hecho haga que el nacionalismo español active su alerta y busque de nuevo la imposición.

El huracán del catalanismo durmiente, ha levantado la tempestad del españolismo latente. Y ahora el 12 de octubre, que era un día más fuera del ejército, es el día de la necesidad de una bandera allí donde vayas, de la confrontación nacionalista y del nacionalismo exacerbado sea del signo que sea.

La batalla se agudizó el pasado lunes en las redes por comentarios antinacionalistas de la alcaldesa de Barcelona Ada Colau y el actor Willy Toledo entre otros. La opinión pública se radicalizó el día de la hispanidad en dos bandos diferenciados en hashtags, #nadaquecelebrar #vivaespaña etc.

De repente, todo el mundo es español patriótico o antiespañol independentista. Los nacionalismos tienden a excluir a otros y eso es lo que pasa en España. El nacionalismo español repudia al catalán y viceversa y la pervivencia de uno hace que el otro crezca y se exacerbe. Ambos son nacionalismos, aunque no siempre nos demos cuenta, y ambos conllevan odio y exclusión.
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Por eso el día de la hispanidad ha vuelto a ser importante. Porque el catalanismo sigue creciendo y el españolismo reacciona para no permitirlo. Una confrontación insuperable mientras el sentimiento nacionalista perdure con tal fuerza.

Y es que hemos olvidado diferenciar el orgullo del afecto, el patriotismo del apego… Hemos olvidado que podemos tener una adhesión a nuestro hogar, a sus gentes, a sus costumbres, a sus festejos, su gastronomía… y no por ello ondear banderas, cantar himnos o encolerizarnos con lo diferente. Hemos olvidado que España es todo eso, que Cataluña es todo eso, que Cuenca es todo eso, que la más pequeña aldea es todo eso… Hemos olvidado que el día de la hispanidad es todo el año para todos aquellos que lo deseen y, no lo es nunca para los que no tengan afecto por él. Hemos olvidado lo que genera el nacionalismo y seguimos consumidos por él.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Baile de escaños


Juan Ignacio Cantero

La política de nuestros días se ha convertido en un juego en el que todo vale. No hay unas reglas establecidas ni un horizonte intraspasable a la hora de pedir el voto. Los políticos recurren a toda clase de actuaciones para intentar lavar su imagen, ofrecer una cara simpática y, en definitiva conseguir el voto.

Para una inmensa mayoría de votantes, el programa electoral es algo innecesario a la hora de seleccionar su voto. También la doctrina del partido y las listas son algo que pasa desapercibido junto con las medidas a tomar y que, sin duda alguna, son la base de la actuación política y por lo tanto de la decisión del votante.

www.blogs.lainformacion.com
Pues bien, en muchos casos la decisión de voto queda reducida a un "me cae bien este político" o una cuestión de apariencia. Además el voto a todo un partido se ejerce personalizado en uno o unos pocos candidatos que gustan por su desparpajo, su sonrisa, su saber estar... En ese sentido juegan un importante papel los medios de comunicación. Pero en los últimos tiempos, se aprecia un cambio de tendencia en las apariciones mediáticas de los grandes políticos. Si tradicionalmente acudían a programas de debate y de opinión política, ahora están optando por magazines, tv shows y programas de entretenimiento en general.

Si a la gente ha dejado de importarle lo que digas, pero le agrada o desagrada lo que hagas, qué mejor forma de ofrecer tu mejor cara que acudiendo a sus programas de televisión favoritos. Es lo que hizo la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría en su visita de anoche a El Hormiguero. Uno de los programas de mayor éxito y con más años en antena era el idóneo para hacer una aparición pública y si además es un espacio cómodo sin demasiadas preguntas que contestar mejor que mejor. El Hormiguero no se caracteriza por la profundidad en la entrevista que inicialmente hace el presentador Pablo Motos a sus invitados. No es un programa de rigor periodístico ni busca serlo, ya que ha encontrado una fórmula que entretiene, gusta y le ha dado el éxito durante varios años.


Quizás por eso la vicepresidenta eligió este espacio para su representación pública. Una entrevista cómoda, un programa que muestra la mejor imagen de sus invitados y un baile final para rematar la actuación. Sí, han leído bien. Soraya Saénz de Santamaría bailó al final del programa junto a Pablo Motos y el equipo de El Hormiguero la canción "Uptown Funk" de Bruno Mars. Ahora que el PP se encuentra en un momento de credibilidad delicado y que ha cosechado una visión retrógrada durante la última candidatura qué mejor que poner a la vicepresidenta a mover el esqueleto en un programa de éxito para ganarse al electorado.

El vídeo de la coreografía se ha hecho viral, mientras los comentarios favorables hacia la persona de Santamaría se multiplican. Como ya he dicho, la buena imagen se traduce en votos y un político que sonríe y baila, es un candidato idóneo para una parte del electorado.

El genial Matt Groening, dibujante de la archiconocida serie "Los Simpsons" lo ha dejado caer en varios capítulos. En el fabuloso especial de Halloween, "Ciudadano Kang", pudimos ver como Bill Clinton y Bob Dole, cuyos cuerpos habían sido ocupados por extraterrestres, se ganaban al electorado con graciosos bailes y banderitas americanas. También en el capítulo "El actor secundario Bob vuelve a las andadas" podemos ver como un ex-convicto odiado por todos se presenta a unas elecciones y con un gracioso baile dispara las encuestas a su favor.

No es una casualidad, es una tendencia. No solo el PP lo usa para lavar su imagen, sino los partidos políticos en general. Tras la grave crisis del PSOE con Rubalcaba en la secretaría general, su sucesor Pedro Sánchez realizaba una llamada telefónica al tan querido como vilipendiado programa de Telecinco "Sálvame". Una estrategia de marketing político para ganarse la confianza de telespectadores votantes potenciales.

Y así las encuestas oscilan a ritmo de música y de parrillas televisivas. La política se convierte en una pugna de audiencias y muchos votos se deciden en apariciones mediáticas. Cuando el presidente del Gobierno sonría mientras toma medidas abusivas, bailemos. Como acaba diciendo Homer en el capítulo ya mencionado de Los Simpsons tras ser esclavizados por el ganador de la elecciones: "A mí no me mires nena, yo voté a Kodos".

martes, 16 de junio de 2015

Un teatro de 140 caracteres


Juan Ignacio Cantero

Las chimeneas de las fábricas mediáticas siguen vertiendo humo. Los megáfonos del "todo sigue igual" siguen llenando de ruido el ambiente, pero ahora lo hacen con amplificadores. El sol solamente se ve un par de minutos al día, por culpa de las cortinas que ciegan nuestras ventanas...


Desde que el nuevo personaje Podemos abriera el telón y entrase en escena, no han cesado las reacciones de los grandes directores a su actuación revelación. La insistencia en modificar el teatro político nacional dejándole crecer la coleta, no ha gustado a los seguidores de la política declamada.

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Tras el 24-M, nuevas fuerzas de vanguardia estrenaron obras en Madrid, Barcelona, A Coruña, Zaragoza… y, aunque todavía nadie ha visto el texto representado por los autores, los sectores tradicionales ya se han puesto manos a la obra para hacer fracasar los estrenos. “No podéis” y "Ahora Madrid apesta” son las armas que esgrimen en contra de los nuevos actores.

El censor en forma de medios de comunicación ya trabaja en rebajar la obra al mínimo exponente, elevando sus errores a la máxima potencia. La tragedia de los ayuntamientos  llevaba años convertida en drama con los toques de humor negro que las antiguas compañías introducían. Pero aparte del monopolio de la política, también poseen el de ese tipo chistes y atacan a los que los usan en nuevos tipos de dramaturgias.

El humor negro del que iba a ser concejal de cultura en Madrid, Guillermo Zapata, se ha convertido en humo negro nada más estrenar. Unos tweets de hace tiempo y totalmente sacados de contexto han servido a sus detractores para multiplicar su error por 140 caracteres. No formaba parte de la obra cuando escribió aquellos tweets, pero eso no quita que puedan resultar ofensivos para el público que es el que ostenta la razón. Pero la campaña en contra viene de parte de las grandes figuras del teatro político no del público. Si no pueden acabar con la compañía de un plumazo, intentarán ir desprestigiando uno por uno a sus actores. La excusa de esta vez es la afirmación de que el humor tiene límites. Algo totalmente correcto y más cuando se pertenece a la esfera pública o se atenta contra la dignidad de otras personas.

El problema es que el humor negro es reprochado y tildado de fechoría para estos nuevos intérpretes, pero siempre ha sido reído y aplaudido por los viejos directores. Respetar el franquismo, venerar al dictador, insultar a la izquierda, calificar de perroflautas a manifestantes, llamar terroristas a personas sin fundamento alguno, desear un tiro en la nuca a otros dirigentes políticos… Son solo algunos ejemplos del humor negro que siempre ha sido incluido en los libretos y se ha pedido la ovación para él. Y no solo eso. Resulta que en ese empeño por salvaguardar el teatro tradicional, se ha resuelto que el humor negro mal traído y ejecutado es motivo de sanción y de despido. Sin embargo nunca ha habido problemas por fallos de guión o de escena como escándalos de corrupción, incumplimientos de programas, apoyos de los grandes directores a forajidos y negaciones a su propio público.


El teatro político de vanguardia es escandaloso, innovador y los actores desconocidos. Por este motivo no gusta a los amantes del tradicional. Por eso seguirán realizando una crítica fundamentada en 140 caracteres.

Mentira digital


Sheila Algarra

El capítulo de Black Mirror llamado Be Right Back, representa un futuro marcado por la huella que dejamos tras la participación en las redes sociales como Twitter y en nuestra privacidad como la del correo electrónico. En este mundo, nuestros datos son aprovechados por alguna empresa que recurre a un software que extrae todos los datos que las personas han dejado en la red para establecer un programa que reproduce sus identificaciones y comportamientos.
En este capítulo, vemos como una chica pierde a su novio en un accidente y acude a una aplicación que le permite tenebrosas acciones como escuchar la voz o lograr una réplica casi exacta a la del fallecido. Este hipotético futuro, un tanto macabro, no dista tanto de la realidad en la que ya todos formamos parte. Un ejemplo son las condiciones de uso de los Smart TV de Samsung que tienen una cláusula que advierte al usuario de proteger sus conversaciones frente a sus dispositivos, ya que este podría oír y guardar las conversaciones, con la posibilidad  de cederlas a terceros. Hasta ahora hemos sabido que nuestra privacidad ha sido comprada y vendida, en ocasiones, por empresas para conocer muy bien los gustos y las tendencias de los consumidores y así saber qué vendernos, pero no somos conscientes de las repercusiones tremendas que esto puedo tener.

Nos venden productos y servicios como gratuitos y ni si quiera nos planteamos el por qué. Es una mentira encubierta, en el momento que regalamos nuestros datos, nosotros somos el negocio. Vivimos en la era de la información y nos creemos que no van a traficar con eso, pero casualmente empresas como Google se convierten en millonarias, ¿no eran gratis? Facebook compró WhatsApp por 16 millones de dólares, si fuera gratis, estarían cometiendo una locura. En un documental de “La noche temática” llamado Traficantes de armas digitales, viajan a lo que queda de lo que un día gobernó Gadafi y se cuelan en las ruinas del Ministerio del Interior. Ahí se puede ver el centro de escuchas telefónicas, ahí se guardaban conversaciones de personas por la seguridad de la ciudadanía, supuestamente. Para más incertidumbre de lo que pueden hacer con nuestros testimonios personales, los equipos de espionaje digitales son enormes y las empresas occidentales se las han vendido a las dictaduras más peligrosas y lo más sorprendente es que es legal.

Las nuevas tecnologías han ahogado en un mar de incógnitas a la sociedad en los últimos años. Una dependencia disfrazada de libertad. Nos venden redes sociales y aplicaciones  por un precio difícilmente perceptible, pero real. Nuestra privacidad tiene un valor intangible a la que es muy difícil ponerle un precio, pero al menos debemos ser conscientes de la existencia de ello. Aceptamos  las cláusulas de privacidad sin apenas leerlas, regalamos nuestros datos y una vez dentro, comienzan a saquearnos con consecuencias todavía desconocidas.



jueves, 11 de junio de 2015

Así de claro


Juan Ignacio Cantero

Hay veces en que la frase: “no dura tres telediarios” se cumple literalmente. Así de claro el nuevo espacio de Ernesto Sáenz de Buruaga en TVE ha emitido tres programas antes de desaparecer. Se puede decir que ha pasado a mejor vida, pero nunca que pasará la historia. Su cancelación está basada en unas pobres cifras de audiencia, pero los índices de espectadores suelen tener un trasfondo explicativo. El del programa de Buruaga lo tiene: y es que era un flagrante despropósito y un insulto a la televisión pública de todos los ciudadanos.

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Así de claro ha sido solo un escaparate del deterioro de la playa de TVE tras el ataque de las gaviotas. De por sí, la cadena pública ya ha perdido un tercio de la audiencia desde el inicio de la legislatura azul, aunque ese no es el principal problema. En un medio público no debemos mirar únicamente el share o la rentabilidad, sino que sea reflejo de todos los ciudadanos, que son los que lo mantienen. Pero el gobierno popular se ha encargado de deshonrar a su nombre y de que RTVE sea de todos menos del pueblo. La televisión pública española se ve hoy en día con rayas que pintan el mundo de azul Gobierno. Su marca personal es una información sesgada, un perrofalderismo hacia el partido de Moncloa y un antiperiodismo feroz.

El programa de Buruaga pretendió ser una ramificación de ese potente tronco que lleva tiempo sin dar fruta fresca y comestible. El espacio tomaba aspecto de debate, pero sin tener en cuenta que para que haya debate hace falta tener distintas opiniones. Sin duda alguna, era el espacio con menos pluralidad de todo el panorama televisivo, y eso viniendo de la pública es intolerable. Una especie de No-Do disfrazado de color, en el que una serie de personajes añoraban tiempos pasados y defendían su reproducción en el presente. Alfonso Rojo, Victoria Prego o Ángel Expósito se deleitaban con la carnaza de algún personaje escogido con precaución para estar indefenso y servir de carroña para los buitres reales. Y por si fuera poco, el propio moderador, Sáenz de Buruaga, se dedicaba a comentar las jugadas continuamente, expresando su opinión todopoderosa. Los temas e imágenes estaban minuciosamente seleccionados, para machacar a la oposición y aupar al PP como partido único e indiscutible, y sin embargo, tenías que escuchar a los tertulianos diciendo que Podemos es hitleriano y dictatorial.

¿Es esta propaganda política gratis y desinteresada? La respuesta es no, ya que los tertulianos del programa cobraban 500 euros por cada intervención. Un mitin subvencionado por parte de la televisión pública que nosotros mantenemos y que el Gobierno controla. A ellos que tanto les gusta hacer comparaciones de partidos políticos con regímenes dictatoriales, hay que decirles que el control de la opinión pública y la manipulación de los medios de comunicación hacia el sectarismo, son acciones propias de un sistema que apuesta por la falta de libertad y el poder institucionalizado.

TVE no es el primer ejemplo, ya que Canal Nou, Castilla-La Mancha Televisión y Telemadrid entre otros, ya han sido víctimas de la prestidigitación. El caso de la pública madrileña es precisamente un calco de lo que se ha hecho con la estatal, con propaganda subvencionada, amiguetes ideológicos y concesiones a dedo.




El problema para estos Gobiernos, es que pese a que piensen que los ciudadanos son estúpidos y aceptan toda la basura coloreada que se les arroja, lo cierto es que a mayor manipulación menor audiencia. No es una ley matemática, pero sí que en los casos mencionados se vio un claro deterioro de los índices de espectadores en esas cadenas tras convertirse en aparatos del partido. Pero aún así, se seguirá gastando nuestro dinero en desinformarnos y emitir programas para intentar que apartemos  la mirada del ojo del huracán, para que la pongamos en el viento que se genera alrededor. Por muchos programas de ese estilo que sigan emitiendo, la gente seguirá repudiándolos hasta que se cancelen. Así de claro.