Sheila Algarra
Existen
innumerables tipologías de dudas, pero mis favoritas son las que parecen a
priori muy absurdas. Luego, dentro de esta vertiente las más entretenidas son
de las que todos nos reímos cuando las escuchamos, pero realmente nos hemos
planteado en algún momento de nuestra vida. Un claro ejemplo de esto podrían
ser las que tienen relación con el dinero. Si un fajo de billetes soluciona
tantos problemas y es papel, ¿por qué no se crea más y se reparte en función de
las necesidades de las personas?
![]() |
Creative Commons |
Habitualmente,
a todo el mundo le llega el momento de colmar esta famosa duda y para ello
existen dos vías: la primera es entender porqué eso no es viable y la segunda,
aunque no por ello menos habitual, comprender que el dinero es una especie de
representación divina con unos patrones que no se pueden cuestionar y, por lo
tanto, tampoco el sistema al que pertenece. Sea como sea, todos entendemos que
el dinero mueve el mundo y, aunque no nos parezca del todo justo este reparto,
un cambio podría provocar un desastre mundial. Pero, ¿y si el sistema
financiero tal y como lo conocemos no fuera eterno?
Esto podría estar cambiando con el bitcoin.
Esta moneda virtual fue creada en 2009 por Satoshi Nakamoto, nombre ficticio
del que todavía no se sabe si a una persona o grupo. Este tipo de dinero ya
existía anteriormente, pero ninguno había llegado a cuajar como éste. Tal vez
todo esto suene un poco raro, pues el dinero se entiende tradicionalmente como
un medio para intercambiar y siempre había sido físico. Sin embargo, la
revolución tecnológica ha desembocado en una serie de grandes cambios
provenientes de un nuevo entorno que se observa en constante transformación y
esto se está viendo reflejado en el modo de desarrollar nuevos proyectos. Y por
todo esto, este mundo se deja de ver tan lejano. Incluso recientemente se han
creado bancos exclusivamente digitales y esta moneda está en auge, pues desde agosto del 2015 el precio de bitcoin llegó a subir más
del 80%. Esta innovación tan significativa podría desencajar el sistema
financiero tal y como es conocido.
El gran problema es que no tiene ningún tipo de regulación, por lo tanto, va al margen de los gobiernos. En su página web se define como la primera divisa descentralizada y desarrollada para realizarse a través de la red sin intermediación. También provoca mucha incertidumbre, ya que al fin y al cabo, es muy arriesgado, es altamente inestable y tampoco se sabe si será del todo aceptado por el público, pero lo que sí sabemos es que ya hay empresas como Starbucks que aceptan esta moneda y que existen cajeros que ya cambian estas monedas por euros.
Hay algo que me dio mucha desconfianza al conocer esta moneda, inmediatamente pensé que su uso podría desembocar en un aumento de operaciones ilícitas. Sin embargo, expertos hablan de que, a priori, el bitcoin asegura un control fiscal sobre las operaciones. Esto se explica porque utiliza un modelo pseudo-anónimo por el que se puede rastrear el número de cuenta del emisor y receptor, y por lo tanto, se puede conocer su total identidad. Parece la moneda tampoco se escapa de la huella digital.
![]() |
Creative Commons |
El bitcoin funciona como la bolsa, fluctúa cada día de una manera. Esto tiene un gran riesgo para el usuario que no está diariamente pendiente de la divisa. Ha habido veces que en una misma semana esta moneda ha subido de los 30 a los 145 euros. Su libertinaje hace que no esté sujeta ni a bancos centrales ni a gobiernos, y claro, puede ser un buen negocio. Pero esta arma de doble filo también puede ser una burbuja y un buen aparato especulativo. Hay ideas que en este mundo digital al principio no cuajan como le pasó a muchas redes sociales anteriores a Facebook, pero fue ésta la que triunfó. Aunque el bitcoin actual no llegue a cuajar, existe la posibilidad de que otras empresas posteriores vean aquí una posible vía de negocio.
0 comentarios:
Publicar un comentario