La restauración de la restauración

La campaña del miedo contra los nuevos partidos tiene raíces históricas. PP y PSOE no protegen más que un régimen bipartidista y turnista como el que ya existió en España en el siglo XIX. Fotografía: burbuja.info

Ciudadano Kang

Genial capítulo de Los Simpsons que, pese a ser un especial de Halloween refleja perfectamente el sistema electoral americano y la maleabilidad del voto. Una representación pública favorable de los políticos puede valer una buena cantidad de votos. Fotografía: hipertextual.com

Educación de la economía

¿Es la educación un gasto? ¿Quizás una inversión? ¿O tal vez un derecho? Fotografía: escuela-amauta.org

Marionetas del poder...

Pitos en lugar de corrupción. Venezuela en lugar de programas. Eufemismos en lugar de palabras. Las cortinas de humo no son nuevas en la comunicación política y la película de Barry Levinson lo demuestra claramente. Fotografía: tintasalvaje.com

Vuelvo enseguida

Aquí el capítulo de la serie Black Mirror, "Be right back" al que hace referencia el artículo de Sheila Algarra "Mentiras digitales". Privacidad como mercancía. Fotografía: geekz.blog.hu

miércoles, 10 de enero de 2018

CRÍTICA DEL CAPÍTULO 4x06 DE BLACK MIRROR: Reflexión de una ruta por el Museo Negro

Sheila Algarra
Más allá de dictámenes poco fundamentados sobre mi apreciación acerca del último capítulo de la serie Black Mirror, quiero dejar plasmado que cualquier fanático de la misma tendrá siempre una valoración positiva. En otras palabras, Charlie Brooker puede sonreír, todos le vamos a dar muchos likes. Y la explicación es muy sencilla. Black Museum es justo lo que parece: un museo de la serie. La sucesión de capítulos de la serie inglesa destaca por la fidelización de su audiencia, por lo que evidenciar dentro de tu propio trabajo su fenómeno fan es una buena estrategia. Emocionarse por escuchar “San Junípero” no es propio de un giro deslumbrante, de un hilo argumental mágico o de una actuación desorbitada. Aun así, considero que nos encontramos frente a uno de los capítulos más increíbles y que más invitan a la reflexión.
Si todavía no has visto el capítulo, te aconsejo que dejes de leer pues contiene spoilers.


httpswww.wired.ittopicblack-mirror


Antes de empezar con este maratón de capítulos, ya se rumoreaba un cambio en los desenlaces, pues estos dejarían de ser tan catastrofistas para dar paso a algunas luces del mundo digital. Tras concluirla, todavía no tengo muy claro cuáles son.

Mi mayor duda está en el capítulo Black Museum. Se trata de un episodio que parece de lo más cruel, que mezcla la tecnología con los fetiches más perturbadores en un museo del crimen. Avances tecnológicos que cambian las formas de relacionarnos pero que, a su vez, muestra las debilidades humanas más arcaicas. Un capítulo especialmente sombrío que concluye con un regustillo agridulce. Y no, no acaba mal, de hecho, puede que sea uno de los más “justicieros”. Es desalmado porque a pesar de ir en la línea de las críticas tecnológicas, es un ejemplo explicativo de algunos de los mayores dilemas del ser humano como: ¿Qué somos?

Nos causa una angustia terrible pensar que la ciencia, nos guste más o menos, es la mayor creación colectiva de nuestra historia. Podemos ignorarlo o pensar que es futurista, pero hace mucho que la ciencia nos lo demostró. Que somos la composición perfecta de recuerdos y sentimientos. Y todos coexisten dentro de nuestro cerebro como una gran Base de Datos. Estos sentimientos son lo más preciado que tiene el ser humano, lo más fantástico, pero no es sombra de nada espiritual.

La cuarta temporada de la serie se caracteriza por el amor y por ello la considero la más positiva. Todos los capítulos tienen su héroe y como todo héroe real, también se equivoca pero que lo daría todo por los suyos. ¿Eso no es ya lo suficiente mágico?

Afirmar no creer en nada parecido al más allá a menudo se relaciona con escepticismo y carencias de ilusiones, con personas con un triste porvenir. Pero en mi opinión, creer en el amor sea fruto de la ciencia, o no, ya es lo suficiente esperanzador.

Este capítulo no solamente hace reflexionar sobre dilemas existenciales, también sobre viejos delirios humanos como la adicción al dolor (a nosotros y al resto) y al control.

Polémicas palpitantes en la sociedad como la eutanasia. De cómo el mundo sigue girando, aunque dejemos de estar presentes en su universo.

El sentimiento de superioridad de las razas. Se dice que el racismo comenzó en la Edad Media, donde se desarrolló un sentimiento de superioridad xenófobo con carácter religioso porque empezaron a ser perseguidas algunas minorías raciales. En un capítulo en el que se muestra una sociedad que ha evolucionado hasta el punto de lo inimaginable, donde el ser humano juega a algo más que a ser un Dios, que crea y deshace vida a su antojo. Sin embargo, a pesar de este progreso, hay cosas que parece que nunca cambian.
httpswww.theroot.com 

El valor de la exclusividad es uno de los principios del merchandisig y ¿qué hay mejor que el sufrimiento exclusivo de otra persona? El episodio refleja un souvenir macabro que centra la experiencia del cliente en el sufrimiento ajeno y es uno de los momentos más demoledores y aparentemente futuristas del capítulo, pero ¿cuántas lágrimas hay en cada prenda que vestimos?

El ideal de Justicia eternamente distorsionado por el sentimiento de venganza también es uno de los dilemas eternos en nuestra sociedad y no podía salir intacto.

El sexo y el dinero, el dinero y el sexo. Dos debilidades tan presentes como eternas, pero este capítulo va más allá de estos tópicos. Trata otras cuestiones que, aunque no nos demos cuenta, también han estado siempre ahí, deformando el progreso, sacando lo más cruel de cada uno.

El mundo avanza cada vez más rápido, pero los dilemas existenciales y las debilidades humanas, primitivas y absurdas, no han dado cabida a una evolución social. Lo que me ha gustado de este capítulo es que no pone la tecnología como problema único, si no como una herramienta. Nosotros somos los que tenemos el poder de decidir si introducimos la ética en el mundo digital. Como decía Karl Popper, “no existen organizaciones éticas, solo existen personas éticas”.

¿Y tú? ¿Cuántos likes le das?
http://leganerd.com

lunes, 20 de noviembre de 2017

Un viaje cualquiera



Sheila Algarra


- ¡Vamos siguiente!

Me toca.

- Deposite sobre esa caja todas sus pertenencias. Rápido.

Que suerte he tenido, todo el mundo se ha cambiado de fila, llegaré con tiempo para comer algo en la estación.

- ¿No entiende lo que es deposite todo? ¡Vamos!

Sobre aquel insólito mostrador metálico he colocado mis llaves, las vueltas del desayuno de esta mañana y mi mochila. No sé qué más quiere este señor.

- Nada, regístrale a este que no entiende el cristiano.

 Todo el mundo me mira y tiene mucha prisa. Empiezo a entenderlo todo.

 - Está limpio.

 - Me jode tener que ponerme así, pero en estos tiempos cualquiera se fía.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Vacaciones de verano

Sheila Algarra




Repaso mi vida tendida en el suelo de la entrada. La desesperación por este calor consigue sacarme los instintos más primarios. Lo he probado todo.

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El reloj de la pared dice que son las 22:03 y el calendario que es 7 de septiembre. No puedo parar de mirarlo, una parte de mi sabe estamos en ese momento, ya me he encargado yo de comprobar que todo está bien. Sin embargo, cada vez que pasa medio minuto, dudo y vuelvo a buscar respuestas en ese aparato circular de madera. El reloj es tan arcaico que me fascina que consiga indicar el momento en el que vivimos. Miro mi maleta verde lima y sigue junto a la puerta. Por un segundo se me ronda la idea de moverla, pero yo no tengo ni fuerzas ni ganas para apartar el equipaje.

Mañana por fin vuelvo al trabajo. Después de mi mes de vacaciones para desconectar, que, por cierto, maldito momento en el que se me ocurrió esto. Irme sin móvil para desconectar me dije, y solo me ha provocado que esté así de angustiada.

¿De qué me ha servido el viaje si no tengo imágenes para recordar? ¿Si no lo puedo enseñar? Si mi memoria ha borrado todo ya.

Algo se arrodilla a mis pies y me ofrece una calma que empieza a vibrar.

En realidad, me ha dado la libertad.

Un sentimiento extraño me empieza a recorrer; ¿es felicidad, tranquilidad, diversión, entretenimiento? No. Creo que por fin sé que estoy aquí. Existo.




jueves, 31 de agosto de 2017

En tiempos de incertidumbre


Sheila Algarra

Sociedad sobreinformada en tiempos de exceso de datos, amantes de las evidencias y sin espacio para los matices.  Capaces de volar a cualquier parte e instante y sin tiempo para contemplar. Estar y no encontrar, mirar y no observar.

Generaciones educadas bajo la certeza de la recompensa cortoplacista que hoy no existe. Viviendo constantemente entre el debo y el quiero, entre el valgo y el puedo. Ansiando el olvido del qué queremos. No hay tiempo para la meditación y mucho menos para cambiar de opinión. Significaría perder tiempo.

Por supuesto, hay gente que no. Hay personas que siempre lo tienen todo claro. Esta incertidumbre no forma parte de sus planes. A mí me fascinan. Tienen la visión de negocio perfectamente adaptada a sus aptitudes más personales. Ellos conviven permanentemente con la razón y la suerte. Todos los astros se alinean en sus nacimientos para que estos seres vivan haciendo lo que les gusta y que, además, esté bien valorado social y económicamente. Nunca han tenido dilemas morales. Encantados de la vida y la vida con ellos pueden dejar de leer.
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Me dirijo a los indecisos. Los que viven en tiempos de grandes certezas y ellos no tienen ninguna. Los que un día decidieron apostar por la vocación y a la semana por la seguridad. Los que se quieren mojar, pero miran si el agua está seca.

Y no, no es culpa de ellos, esta sociedad acaba con los sueños, asfixia la esperanza y se limpia con el esfuerzo. Conduce a sus inquilinos a la ansiedad y estos, al luchar por evitarla, acaban olvidando sus metas. Y lo peor de todo es que nos han engañado.

No hay carreras sin salidas ni formaciones con premios. Llegó la crisis de las certezas. Se inyecta la sustancia drogodependiente de la incertidumbre y que, aunque casi nunca lo vemos, puede ser sinónimo de oportunidad.

No podemos seguir pensando bajo la lógica causa-efecto en la que se vivió en unos tiempos que ni si quiera nosotros hemos visto. Este futuro incierto igual viene plagado de robots que sustituyen a la mayoría de nosotros y todo cambia. Igual solo sobrevive el que luchó por ser diferente y miró más allá de la seguridad.

Sí, todos vemos ese futuro muy lejano y creemos que los trabajos que pueden cubrir los robots son muy limitados e inválidos para los que requieren trato con el público. Pero igual no somos conscientes de su alcance; según la Organización Internacional del Trabajo, entre el 47% y el 80% de los trabajos son potencialmente realizables por robots. ¿Podrías afirmar sin dudar que el tuyo es completamente insustituible?

Además, esto no es cosa de ese futuro lejano. En una fábrica china han sustituido al 90% del personal por robots, y la producción ha crecido un 250%. Y esto no llega con el 2017, ya en 2015 una fábrica china también sustituyó a 600 empleados por 60 robots, … Y así muchos ejemplos de cómo esto es ya una realidad.


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Aceptemos la duda. Somos incertidumbre, y hasta que no lo admitamos, no distinguiremos su abanico de posibilidades. Si fuéramos certezas, ¿cuál sería el misterio? La obsesión por la seguridad educa paradójicamente en la inseguridad. Ofuscarse con lo previsible, con la indagación eterna y absurda de la comodidad, es la ansiedad más agónica. 

sábado, 30 de abril de 2016

La amenaza al dólar 2.0

Sheila Algarra

Existen innumerables tipologías de dudas, pero mis favoritas son las que parecen a priori muy absurdas. Luego, dentro de esta vertiente las más entretenidas son de las que todos nos reímos cuando las escuchamos, pero realmente nos hemos planteado en algún momento de nuestra vida. Un claro ejemplo de esto podrían ser las que tienen relación con el dinero. Si un fajo de billetes soluciona tantos problemas y es papel, ¿por qué no se crea más y se reparte en función de las necesidades de las personas?
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Habitualmente, a todo el mundo le llega el momento de colmar esta famosa duda y para ello existen dos vías: la primera es entender porqué eso no es viable y la segunda, aunque no por ello menos habitual, comprender que el dinero es una especie de representación divina con unos patrones que no se pueden cuestionar y, por lo tanto, tampoco el sistema al que pertenece. Sea como sea, todos entendemos que el dinero mueve el mundo y, aunque no nos parezca del todo justo este reparto, un cambio podría provocar un desastre mundial. Pero, ¿y si el sistema financiero tal y como lo conocemos no fuera eterno?

Esto podría estar cambiando con el bitcoin. Esta moneda virtual fue creada en 2009 por Satoshi Nakamoto, nombre ficticio del que todavía no se sabe si a una persona o grupo. Este tipo de dinero ya existía anteriormente, pero ninguno había llegado a cuajar como éste. Tal vez todo esto suene un poco raro, pues el dinero se entiende tradicionalmente como un medio para intercambiar y siempre había sido físico. Sin embargo, la revolución tecnológica ha desembocado en una serie de grandes cambios provenientes de un nuevo entorno que se observa en constante transformación y esto se está viendo reflejado en el modo de desarrollar nuevos proyectos. Y por todo esto, este mundo se deja de ver tan lejano. Incluso recientemente se han creado bancos exclusivamente digitales y esta moneda está en auge, pues desde agosto del 2015 el precio de bitcoin llegó a subir más del 80%. Esta innovación tan significativa podría desencajar el sistema financiero tal y como es conocido.

El gran problema es que no tiene ningún tipo de regulación, por lo tanto, va al margen de los gobiernos. En su página web se define como la primera divisa descentralizada y desarrollada para realizarse a través de la red sin intermediación. También provoca mucha incertidumbre, ya que al fin y al cabo, es muy arriesgado, es altamente inestable  y tampoco se sabe si será del todo aceptado por el público, pero lo que sí sabemos es que ya hay empresas como Starbucks que aceptan esta moneda y que existen cajeros que ya cambian estas monedas por euros. 

Hay algo que me dio mucha desconfianza al conocer esta moneda, inmediatamente pensé que su uso podría desembocar en un aumento de operaciones ilícitas. Sin embargo, expertos hablan de que, a priori, el bitcoin asegura un control fiscal sobre las operaciones. Esto se explica porque utiliza un modelo pseudo-anónimo por el que se puede rastrear el número de cuenta del emisor y receptor, y por lo tanto, se puede conocer su total identidad. Parece la moneda tampoco se escapa de la huella digital.
Creative Commons


El bitcoin funciona como la bolsa, fluctúa cada día de una manera. Esto tiene un gran riesgo para el usuario que no está diariamente pendiente de la divisa. Ha habido veces que en una misma semana esta moneda ha subido de los 30 a los 145 euros. Su libertinaje hace que no esté sujeta ni a bancos centrales ni a gobiernos, y claro,  puede ser un buen negocio. Pero esta arma de doble filo también puede ser una burbuja y un buen aparato especulativo. Hay ideas que en este mundo digital al principio no cuajan como le pasó a muchas redes sociales anteriores a Facebook, pero fue ésta la que triunfó. Aunque el bitcoin actual no llegue a cuajar, existe la posibilidad de que otras empresas posteriores vean aquí una posible vía de negocio. 



lunes, 2 de noviembre de 2015

El debate sin revisión

Sheila Algarra

El Código Penal se debate en la calle y cada ciudadano se indigna por la dureza de las penas. Juicios por televisión, recreaciones de asesinatos, análisis de gestos y búsqueda de una historia detrás. Una serie policiaca que comienza a las tres de la tarde. Quién juzga qué.
ixchelabogados.es

La implantación de la prisión perpetua revisable plantea una serie de cuestiones muy significativas en el ámbito jurídico. En la Constitución queda claro que las penas privativas de libertad siempre tienen que ir orientadas hacia la reeducación y la reinserción social. Aunque la finalidad de la justicia sea mantener, dentro de lo posible, un orden social, creo que no debemos obviar este objetivo de reinserción que se marca; pues si lo dejamos de lado, estaríamos hablando de venganza y no de justicia. Aún así, la cuestión no está en la Constitución como si de una ley divina se tratara, pues todo puede ser susceptible de debate.

Estamos ante una medida que requiere fe en confiar en la parte “revisable” de la historia. La prisión permanente revisable se aplicará solamente en los casos que se den los supuestos de homicidios terroristas, los cometidos contra el Rey o el príncipe heredero y contra jefes de Estado extranjeros. También será la pena prevista para los casos de genocidio y crímenes de lesa humanidad con homicidio, así como, en el primer caso, con agresión sexual. Una vez que se den alguno de estos supuestos, se aplique la reforma y el preso cumpla una condena de entre 25 y 35 años, deberá ser revisada periódicamente por el tribunal de la sentencia y si no se acuerda una revisión, la condena será de por vida.

En el caso de que se demuestre realmente que el preso puede ser un peligro para la sociedad, su aislamiento sería razonado, pero la cuestión está en qué hay de revisable en ello y qué procedimientos se llevarán a cabo para valorarlo ya que la recuperación de un preso es algo bastante relativo. Hablo de la importancia de lo “revisable” porque ahí está la delgada línea entre justicia y venganza; seguridad y orden; revisable e implantado.

Además, si el término ya es bastante relativo, con los supuestos que tiene que cumplir el preso para que se le aplique la reforma, estaríamos siempre ante un caso muy mediático, y por lo tanto, la objetividad deja de ser un aliado. Con los juicios televisivos, la sociedad pide el endurecimiento de las penas desde la calle, y a los que han implantado la reforma les ha sido muy fácil sin apenas abrir el debate. Han eliminado muy fácilmente está cuestión porque es muy sencillo, la gente se pone en el papel de las víctimas porque conoce sus nombres, cada detalle de su historia, ha acompañado a los familiares en su dolor, y es por ello que la sed de venganza y de indignación por esta justicia, que no siempre es justa, cada día es más fuerte.

Es un debate que no ha causado demasiado revuelo porque, en gran medida, la gente está de acuerdo. Una encuesta de Metroscopia realizada el 3 y 4 de febrero de este año mostraba cómo son cuatro veces más las personas que se muestran a favor de la cadena perpetua, revisable o no, que los que se encuentran totalmente en contra. El porcentaje más numeroso es el que está a favor, pero siempre que sea revisable con un 47%. El siguiente dato más destacado es un sí a secas. Solamente un 18% de los encuestados estaría totalmente en contra de la medida.


En caso de que quedara claro que un preso se encuentra bajo alguna enfermedad psicológica y la probabilidad de que vuelva a hacer daño a la sociedad sea potencialmente alta, creo que el derecho de toda la sociedad y la seguridad ciudadana, podría quedar supeditada al derecho a la reinserción social. Pero, en mi opinión, estaríamos hablando de ciencias inexactas difíciles de evaluar y ante casos muy mediáticos donde la justicia se puede ver condicionada por la nueva percepción ciudadana en la que nos encontramos. Nos hallamos en una época en la que la visión de la justicia se hace desde dentro, con esto quiero decir que a los asesinos y víctimas les ponemos nombre y apellidos. Hace unos años, cuando surgía el debate de la cadena perpetua y se ponían ejemplos de países donde estaba implantado, la gente solía decir que esa medida no era propia de una sociedad justa, y sin embargo, ahora la gente lo pide en España. Esta indignación ha sido agravada por la irritación que ha causado las penas a todo confort que se han llevado desde las cárceles.


Además, la implantación de esta reforma también atiende a intereses políticos. Primero se tomó la decisión de implantar la cadena perpetua revisable y luego se pensó en los casos en los que se aplicaría. Esto lleva a pensar que los supuestos son lo de menos y que se quería aplicar, en parte, porque también traería beneficios políticos porque así la gente pensaría que por fin se hace justicia. Así se lanzó una medida, muy difícil de valorar por encontrarse dos derechos enfrentados, sin ni si quiera sopesar antes los supuestos en los que se aplicaría ni exactamente en qué consiste la parte de revisión de la reforma.

lunes, 26 de octubre de 2015

Hábitat popular


Juan Ignacio Cantero

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, convocó ayer lunes las elecciones generales para el 20 de diciembre y compareció ante los medios para hacer balance de la legislatura. Términos a priori contradictorios como Rajoy, comparecencia, medios de comunicación y balance se dieron cita tras la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros.

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Y sí. Rajoy atendió a la prensa pese a su natural alergia mediática y su fobia a responder a preguntas. No lo hice a través de ningún plasma ni de ningún otro miembro del partido. Esta vez estuvo presente físicamente y aguantó el tipo ante su archienemigo público. Por fin la gaviota echó a volar más allá de los siglas y se adentró en un entorno casi inexplorado.

El todavía presidente habló de corrupción, de la corona, de Cataluña, de la reforma constitucional de los posibles pactos... pero donde de verdad estuvo especialmente anecdótico e incluso comediante fue al hablar de sus disposición debatir. Rajoy no es especialmente reconocido por su aportación de datos fiables ni por sus dotes cómicas, pero ya que se había lanzado a abandonar las ruedas de prensa en diferido no iba a dejar que el espectáculo se quedara a medio rematar. Show must go on.

Ante la pregunta de si estaba dispuesto a debatir durante la próxima campaña electoral, adoptó una pose despreocupada y una mueca pícara mientras pronunciaba las palabras mágicas: "es mi hábitat natural". Además añadía el dato del día junto a esa jocosa afirmación: "soy el candidato que más veces ha participado en este tipo de debates". La primer afirmación hay que tomársela directamente como una broma, la segunda, no tanto.


Y es que el candidato popular no miente al decir que es el candidato que ha participado en más debates electorales. Lo cierto es que no ha debido resultarle difícil habida cuenta de que España es un país con una ínfima tradición a debatir en campaña para las generales. Tan solo cinco debates han sido celebrados en este país desde que se instauró la democracia, de los cuales Rajoy ha participado en tres. Dos hubo en 1993 entre Felipe González y José María Aznar, otros dos en 2008 entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, y uno más en 2011 entre el propio Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba.

Ahora bien, dichos debates tenían un formato absolutamente encorsetado en el que los candidatos y su equipo elegían prácticamente todo, desde la iluminación a los tiempos de los turnos. Nada que ver con el debate semiimprovisado entre Albert Rivera y Pablo Iglesias el pasado domingo en Salvados. Rajoy ha participado en más debates que los demás pero no lo ha tenido difícil. A la falta de tradición de debates que hay en España, se suma su larga trayectoria política y su adhesión a formatos estructurados y programados con antelación. 

Rajoy no mintió, pero tampoco dijo la verdad. Lo que realmente suena a chiste es lo de que el espacio mediático es su hábitat natural. Todo cuando es sabido que Rajoy ha sido el presidente más reacio a las apariciones públicas, a la rendición de cuentas y a la depuración de responsabilidades. Un presidente que aparece por plasmas y que evita las comparecencias ante los medios hasta que no tiene más remedio no puede afirmar que forma parte de ese ecosistema.


Además, ahora mismo tendrá el récord a batir en cuanto a la cantidad de debates, pero no está dispuesto a que nadie venga a superarlo, ya que no está dispuesto a debatir en un debate a cuatro con PSOE, Cidadanos y Podemos y ni siquiera sentarse en frente de los nuevas agrupaciones.

El presidente del gobierno abrió la campaña electoral con buen pie. Un dato que había pasado inadvertido: el de su récord en debates, y un chiste sobre su simbiosis con el medio comunicativo. Parece que la gaviota ha querido encontrar su habitat lejos de las siglas populares, pero la zona de confort está dentro del ecosistema del partido.