La campaña del miedo contra los nuevos partidos tiene raíces históricas. PP y PSOE no protegen más que un régimen bipartidista y turnista como el que ya existió en España en el siglo XIX. Fotografía: burbuja.info
Genial capítulo de Los Simpsons que, pese a ser un especial de Halloween refleja perfectamente el sistema electoral americano y la maleabilidad del voto. Una representación pública favorable de los políticos puede valer una buena cantidad de votos.
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Pitos en lugar de corrupción. Venezuela en lugar de programas. Eufemismos en lugar de palabras. Las cortinas de humo no son nuevas en la comunicación política y la película de Barry Levinson lo demuestra claramente.
Fotografía: tintasalvaje.com
Aquí el capítulo de la serie Black Mirror, "Be right back" al que hace referencia el artículo de Sheila Algarra "Mentiras digitales". Privacidad como mercancía. Fotografía: geekz.blog.hu
El presidente del Gobierno, Mariano
Rajoy, convocó ayer lunes las elecciones generales para el 20 de diciembre y
compareció ante los medios para hacer balance de la legislatura. Términos a
priori contradictorios como Rajoy, comparecencia, medios de comunicación y
balance se dieron cita tras la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros.
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Y sí. Rajoy
atendió a la prensa pese a su natural alergia mediática y su fobia a responder
a preguntas. No lo hice a través de ningún plasma ni de ningún otro miembro del
partido. Esta vez estuvo presente físicamente y aguantó el tipo ante su
archienemigo público. Por fin la gaviota echó a volar más allá de los siglas y se adentró en un entorno casi inexplorado.
El todavía
presidente habló de corrupción, de la corona, de Cataluña, de la reforma
constitucional de los posibles pactos... pero donde de verdad estuvo
especialmente anecdótico e incluso comediante fue al hablar de sus disposición
debatir. Rajoy no es especialmente reconocido por su aportación de datos
fiables ni por sus dotes cómicas, pero ya que se había lanzado a abandonar las
ruedas de prensa en diferido no iba a dejar que el espectáculo se quedara a
medio rematar. Show must go on.
Ante la
pregunta de si estaba dispuesto a debatir durante la próxima campaña electoral,
adoptó una pose despreocupada y una mueca pícara mientras pronunciaba las
palabras mágicas: "es mi hábitat natural". Además añadía el dato del
día junto a esa jocosa afirmación: "soy el candidato que más veces ha
participado en este tipo de debates". La primer afirmación hay que
tomársela directamente como una broma, la segunda, no tanto.
Y es que el
candidato popular no miente al decir que es el candidato que ha participado en
más debates electorales. Lo cierto es que no ha debido resultarle difícil
habida cuenta de que España es un país con una ínfima tradición a debatir en
campaña para las generales. Tan solo cinco debates han sido celebrados en este país desde que se
instauró la democracia, de los cuales Rajoy ha participado en tres. Dos hubo en
1993 entre Felipe González y José María Aznar, otros dos en 2008 entre José
Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, y uno más en 2011 entre el propio
Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba.
Ahora bien,
dichos debates tenían un formato absolutamente encorsetado en el que los
candidatos y su equipo elegían prácticamente todo, desde la iluminación a los
tiempos de los turnos. Nada que ver con el debate semiimprovisado entre Albert
Rivera y Pablo Iglesias el pasado domingo en Salvados. Rajoy ha participado en
más debates que los demás pero no lo ha tenido difícil. A la falta de tradición
de debates que hay en España, se suma su larga trayectoria política y su
adhesión a formatos estructurados y programados con antelación.
Rajoy no
mintió, pero tampoco dijo la verdad. Lo que realmente suena a chiste es lo de
que el espacio mediático es su hábitat natural. Todo cuando es sabido que Rajoy
ha sido el presidente más reacio a las apariciones públicas, a la rendición de
cuentas y a la depuración de responsabilidades. Un presidente que aparece por
plasmas y que evita las comparecencias ante los medios hasta que no tiene más
remedio no puede afirmar que forma parte de ese ecosistema.
Además,
ahora mismo tendrá el récord a batir en cuanto a la cantidad de debates, pero
no está dispuesto a que nadie venga a superarlo, ya que no está dispuesto a
debatir en un debate a cuatro con PSOE, Cidadanos y Podemos y ni siquiera
sentarse en frente de los nuevas agrupaciones.
El presidente
del gobierno abrió la campaña electoral con buen pie. Un dato que había pasado
inadvertido: el de su récord en debates, y un chiste sobre su simbiosis con el
medio comunicativo. Parece que la gaviota ha querido encontrar su habitat lejos
de las siglas populares, pero la zona de confort está dentro del ecosistema del
partido.
La política se ha mimetizado con el
mundo del espectáculo. El marketing y la imagen de marca se han convertido en
primordiales para los partidos políticos y los candidatos que cada día
"sienten menos los colores" solo buscan el contrato de sus vidas.
Solo importa la apariencia para conseguir un buen puñado de votos que otorguen
el título del gobierno.
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Como si de
un club deportivo se tratase, los partidos organizan sus plantillas en listas
para salir a competir en la temporada electoral. Se fijan los objetivos, las
estrategias, los equipos... y entonces llegan los fichajes. Es ahí cuando se
pone en marcha el aparato de imagen y marketing y donde los partidos buscan
flamantes jugadores que den notoriedad. El último gran fichaje lo ha
protagonizado el PSOE. Irene Lozano, diputada por UPyD ha sido reclutada por el
Secretario General socialista, Pedro Sánchez para ser candidata de nuevo a
diputada. Esta vez con el color de la camiseta un poco más rojizo que el
"rosa" Diez.
Su fichaje
es cuanto menos curioso, siendo su ex-partido, UPyD, uno de los más críticos
con el bipartidismo y con las fuerzas políticas asentadas PP y PSOE. Curioso
también que tras perder las primarias para sustituir a Rosa Díez frente a
Andrés Herzog, confesara que abandonaba el partido pero no la política. Curioso
que sea una de las políticas más mediáticas por su insistencia en la lucha
contra la corrupción y por su defensa a la militar Zaida Cantera que denunció
acoso laboral y sexual por parte de sus superiores en el ejército. Curioso que
la propia Cantera también vaya en las listas del PSOE para las generales tras
volcarse España con su caso y mediatizarse sobremanera... Curioso...
Rosa Díez ataca al bipartidismo
Fichajes
galácticos para acaparar el centro de atención mediático que supone una mina de
votos. Pero no es la primera vez ni seguramente sea la última, en que los
partidos políticos tiran de celebridades para captar la atención. El propio
UPyD nació como una agrupación ligada a grandes nombres de la cultura, política
y sociedad para entrar copando el share de la audiencia. El conocido filósofo
Fernando Savater, el actor Toni Cantó o el hermano de Jaime de Marichalar,
Álvaro, pusieron cara a un incipiente partido que puso cinco escaños rosas en
el parlamento.
También el
PP ha incluido celebridades en sus listas para adquirir notoriedad. La miss Eva
Pedraza maquilló a la gaviota mientras la campeona de atletismo Marta Domínguez
intentó ganar la carrera de fondo popular.
Otro de los
tradicionales como Izquierda Unida, realizó en las pasadas municipales un
intento de reconocimiento mediático poniendo al poeta Luis García Montero como
cabeza de lista en la Comunidad de Madrid. Por si fuera poco, su campaña fue
apoyada por su gran amigo Joaquín Sabina que puso música a un partido buscando
ser de nuevo galante de la izquierda española.
Vídeo de campaña de Luis García Montero
Los nuevos
partidos del cambio tampoco se libran de los fichajes estrella. La agrupación
de Pablo Iglesias, Podemos, inscribió como cabezas de lista a la distinguida
ex-jueza Manuela Carmena, y la incesante activista Ada Colau en Madrid y
Barcelona respectivamente. Grandes fichajes para grandes plazas que además
obtuvieron resultados inmediatos pintando dichos ayuntamientos de morado. También la pareja del propio Iglesias, Tania Sánchez, militaba en Izquierda Unida y aseguraba que no iba a adherirse a la incipiente formación Podemos. Finalmente Sánchez, va en sus listas y aporta la relevancia de su imagen mediática a la palestra.
El partido
de Albert Rivera, Ciudadanos, también se mueve en el mercado. La hija del
prestigioso científico Eduard Punset, Carolina, se engrasó en sus listas para
dar al naranja un método científico. Precisamente Ciudadanos tentó a
personalidades de UPyD para adherirse a la formación, entre ellos a Toni Cantó
que finalmente declinó la oferta. Además muchos de los políticos de ciudadanos
provienen del PP y ahora luchan por desbancarles del Gobierno. Este hecho
enlaza con la reciente incorporación de Irene Lozano al PSOE por el daltonismo
cromático que se da en la política.
Parece que
los colores no se sienten hoy en día. Los tonos políticos se destiñen en un
ansia de escaños y poder. UPyD ha sido una agrupación en constante tensión con
el bipartidismo y la ley D'Hont. Además hasta el último momento ha luchado por
liderar el partido y ante su derrota se marcha al PSOE. El rosa ha adquirido
para ella una tonalidad más en busca del mantenimiento de su escaño. Y
todos salen ganando. Ella seguirá en el juego político al tiempo que el PSOE
gana en apariencia e imagen renovadora.
La política
de fichajes está a la orden del día y las reglas del juego cada día son menos
claras. Todo vale para ganar votos, todo vale para acceder a un escaño. Las
convicciones y valores siguen siendo la clave para algunos políticos pero otros
están en el mercado. Mientras los galácticos sigan vendiendo camisetas la
democracia seguirá siendo representativa.
No hay nada más bonito ni puro que la
sinceridad de una sonrisa. Tampoco más inocente que las pecas de una niña
cuando llega el verano, ni una carcajada de un niño al ver a su abuelo. La
pureza de una lágrima, un cabello que se desliza sobre la cara, una falda que
corre con el soplido del viento.
Todo
ser humano goza de la perfección, es trazado de tal manera que sea único. Sin embargo, nos han adoctrinado en un
modo de ver la vida donde los valores y los defectos infunden una ingrata
hipocresía. Un mundo donde la belleza de las cosas se sumerge en una lucha por
alcanzar la talla 36. Nos han enseñado que no hay mujer bonita que mida menos
de 1,70 de altura, que no tenga unos labios gruesos muy rojizos, una cara fina
pero con unos pómulos marcados, una cintura que abarque la mano pero con unos
pechos grandes. Cuerpos imposibles, figuras que provocan paranoias mentales en
las que todo el mundo quiere tener un hueco.
Los cánones de belleza atribuidos en
nuestra sociedad condenan a no aceptarse. El cuerpo se ha convertido en el
centro de una inquietud e insatisfacción constante. La cultura en la que
vivimos provoca pensar en nuestros “defectos” como si de un pantalón o un
armario se tratara. Víctimas de ser “defectuosos”.
La
cultura de la imagen
Siempre ha habido cánones de belleza, ideales
que han cambiado y evolucionado con el tiempo. En otros periodos, una figura
bonita era la de caderas anchas que mostraban la fertilidad y la tez pálida revelando
la poca aproximación al campo y al sol. Hoy en día ocurre lo mismo pero con un gran
agravante que hace un flaco favor a la salud; los medios de comunicación en
general y los spot publicitarios en particular. Programas televisivos muestran que
para cambiar por dentro primero tienes que cambiar por fuera, dándole una
importancia exacerbada a físico como si de ello dependiera el oxigeno con el
que la humanidad respira. Un ejemplo es ‘Cámbiame’ de Telecinco, que cambia por
completo los estilos de vestir e intenta tapar los defectos físicos, encima
para colmo vende al espectador nada más y nada menos que una obra social.
Otro
de los problemas que generan los medios de comunicación es el machismo que
trasmiten a la hora de apostar los cuerpos femeninos como modelo de negocio. El
ejemplo que se lleva la palma en este aspecto es la prensa deportiva, pero
parece que esta moda de modelo de negocio comienza a fallar (además siempre son
mujeres como si la prensa solo fuera leída por hombres). Este lunes se ha
anunciado el rediseño de la revista Playboy, se han propuesto eliminar las
fotografías de mujeres desnudas de sus portadas. Sin embargo, esto es más bien
un paso atrás porque no se ha planteado desde el machismo, sino por
rentabilidad económica. En esta cultura de la imagen en la que vivimos estamos
tan acostumbrados a ver desnudos que estos modelos han dejado de rentar. El
director ejecutivo de la revista lo dejó claro con su declaración: “ahora estás
a sólo un click de lejos de cualquier acto sexual que te imagines de forma
gratuita”, por ello cree que ese modelo “es cosa del pasado en este momento”.
Inma Cuesta en 'El Periódico'
Hay veces que a la mariposa
le gusta recordar que un día fue gusano y defender a los que todavía lo son.
Inma Cuesta ha provocado un gran debate este fin de semana tras denunciar a
través de la red social Instagram los retoques exacerbados de una fotografía en la
portada de la revista dominical de 'El Periódico'.La actriz ha subido la imagen auténtica junto a
la retocada con frases como: "Verte y no reconocerte, descubrir que tu
imagen está en manos de personas que tienen un sentido de la belleza
absolutamente irreal".
Modelo de Victoria´s Secret
Este
no es el único caso de famosas que se rebelan contra los excesos de los
retoques y apuestan por la naturalidad. Famosas como Kate Winslet o Julia Roberts se han manifestado en otras ocasiones
en contra de esta situación. La semana pasada también surgió otro debate en
torno a la “magia del PhotoShop”, la marca de lencería Victoria’s Secret lanzó
una foto de una de sus modelos sin nalga izquierda pero uno de los seguidores
de la firma decidió arreglar el fallo y subirla a las redes.
Es
un problema importante pero, al menos, se empieza a ver algunas reacciones
contra esta cultura de la estética. Contra estemundo decantado por una precaria identidad que lucha por la eterna
juventud. Cuerpos que se contonean por las ciudades con diferentes versiones de
un mismo patrón.
Juan Ignacio Cantero El 12 de octubre es el día del orgullo Rojigualda, de la
ostentación militar, del patriotismo al máximo exponente. Es el día de España,
de ese concepto abstracto sin unos límites establecidos pero que todos te dicen
que hay que amar u odiar para ser una persona coherente. Algo así como la fe.
Unos creen en ello y otros no, pero todos piensan que su causa es más justa y
que han de convencer al resto de adherirse a ella.
www.libertaddigital.com
El nacionalismo, que tantos problemas genera al crear una
obligación de pertenencia y una repulsa hacia lo extranjero. Una nación a la
que hay que amar y defender, mientras se la magnifica por encima del resto. Este
sentimiento de pertenencia grupal conlleva la búsqueda de un enemigo común para
su total cohesión y para eso, otro nacionalismo es la mejor opción. El ejemplo cinematográfico
se encuentra en la película “La Ola” de Dennis Gansel.
La cruzada independentista catalana propiciada por los
esfuerzos de Artur Mas de tapar el desfalco y corrupción de su partido
(Convergencia i unió) en esa Comunidad, han abierto la veda de la lucha
nacionalista. Los intereses personales de Mas y Convergencia en mantener el
poder a toda costa han despertado el nacionalismo que dormitaba en Cataluña. Pero
si ya es grave que despierte el nacionalismo catalán, todavía lo es más que este hecho haga que el nacionalismo español
active su alerta y busque de nuevo la imposición.
El huracán del catalanismo durmiente, ha levantado la
tempestad del españolismo latente. Y ahora el 12 de octubre, que era un día más fuera del ejército, es el día de la necesidad de una
bandera allí donde vayas, de la confrontación nacionalista y del nacionalismo
exacerbado sea del signo que sea.
La batalla se agudizó el pasado lunes en las redes por comentarios
antinacionalistas de la alcaldesa de Barcelona Ada Colau y el actor Willy
Toledo entre otros. La opinión pública se radicalizó el día de la hispanidad en
dos bandos diferenciados en hashtags, #nadaquecelebrar #vivaespaña etc.
De repente, todo el mundo es español patriótico o
antiespañol independentista. Los nacionalismos tienden a excluir a otros y eso
es lo que pasa en España. El nacionalismo español repudia al catalán y
viceversa y la pervivencia de uno hace que el otro crezca y se exacerbe. Ambos
son nacionalismos, aunque no siempre nos demos cuenta, y ambos conllevan odio y
exclusión.
www.manationalite.wordpress.com
Por eso el día de la hispanidad ha vuelto a ser importante.
Porque el catalanismo sigue creciendo y el españolismo reacciona para no
permitirlo. Una confrontación insuperable mientras el sentimiento nacionalista
perdure con tal fuerza.
Y es que hemos olvidado diferenciar el orgullo del afecto,
el patriotismo del apego… Hemos olvidado que podemos tener una adhesión a
nuestro hogar, a sus gentes, a sus costumbres, a sus festejos, su gastronomía…
y no por ello ondear banderas, cantar himnos o encolerizarnos con lo diferente.
Hemos olvidado que España es todo eso, que Cataluña es todo eso, que Cuenca es
todo eso, que la más pequeña aldea es todo eso… Hemos olvidado que el día de la
hispanidad es todo el año para todos aquellos que lo deseen y, no lo es nunca
para los que no tengan afecto por él. Hemos olvidado lo que genera el nacionalismo
y seguimos consumidos por él.
Juan
Ignacio Cantero La política de
nuestros días se ha convertido en un juego en el que todo vale. No hay unas
reglas establecidas ni un horizonte intraspasable a la hora de pedir el voto.
Los políticos recurren a toda clase de actuaciones para intentar lavar su
imagen, ofrecer una cara simpática y, en definitiva conseguir el voto.
Para una inmensa mayoría de votantes, el programa electoral es algo innecesario a la hora de seleccionar su voto. También la doctrina del partido y las listas son algo que pasa desapercibido junto con las medidas a tomar y que, sin duda alguna, son la base de la actuación política y por lo tanto de la decisión del votante.
Pues bien, en
muchos casos la decisión de voto queda reducida a un "me cae bien este
político" o una cuestión de apariencia. Además el voto a todo un partido
se ejerce personalizado en uno o unos pocos candidatos que gustan por su
desparpajo, su sonrisa, su saber estar... En ese sentido juegan un importante
papel los medios de comunicación. Pero en los últimos tiempos, se aprecia un
cambio de tendencia en las apariciones mediáticas de los grandes políticos. Si
tradicionalmente acudían a programas de debate y de opinión política, ahora
están optando por magazines, tv shows y programas de entretenimiento en
general.
Si a la gente
ha dejado de importarle lo que digas, pero le agrada o desagrada lo que hagas,
qué mejor forma de ofrecer tu mejor cara que acudiendo a sus programas de
televisión favoritos. Es lo que hizo la vicepresidenta del Gobierno, Soraya
Saénz de Santamaría en su visita de anoche a El Hormiguero. Uno de los
programas de mayor éxito y con más años en antena era el idóneo para hacer una
aparición pública y si además es un espacio cómodo sin demasiadas preguntas que
contestar mejor que mejor. El Hormiguero no se caracteriza por la profundidad
en la entrevista que inicialmente hace el presentador Pablo Motos a sus
invitados. No es un programa de rigor periodístico ni busca serlo, ya que ha
encontrado una fórmula que entretiene, gusta y le ha dado el éxito durante
varios años.
Quizás por eso
la vicepresidenta eligió este espacio para su representación pública. Una
entrevista cómoda, un programa que muestra la mejor imagen de sus invitados y
un baile final para rematar la actuación. Sí, han leído bien. Soraya Saénz de
Santamaría bailó al final del programa junto a Pablo Motos y el
equipo de El Hormiguero la canción "Uptown Funk" de Bruno Mars. Ahora
que el PP se encuentra en un momento de credibilidad delicado y que ha
cosechado una visión retrógrada durante la última candidatura qué mejor que
poner a la vicepresidenta a mover el esqueleto en un programa de éxito para
ganarse al electorado.
El vídeo de la
coreografía se ha hecho viral, mientras los comentarios favorables hacia la
persona de Santamaría se multiplican. Como ya he dicho, la buena imagen se
traduce en votos y un político que sonríe y baila, es un candidato idóneo para
una parte del electorado.
El genial Matt
Groening, dibujante de la archiconocida serie "Los Simpsons" lo ha
dejado caer en varios capítulos. En el fabuloso especial de Halloween, "Ciudadano Kang", pudimos ver como
Bill Clinton y Bob Dole, cuyos cuerpos habían sido ocupados por
extraterrestres, se ganaban al electorado con graciosos bailes y banderitas
americanas. También en el capítulo "El actor secundario Bob vuelve a las
andadas" podemos ver como un ex-convicto odiado por todos se presenta a unas
elecciones y con un gracioso baile dispara las encuestas a su favor.
No es una
casualidad, es una tendencia. No solo el PP lo usa para lavar su imagen, sino
los partidos políticos en general. Tras la grave crisis del PSOE con Rubalcaba
en la secretaría general, su sucesor Pedro Sánchez realizaba una llamada
telefónica al tan querido como vilipendiado programa de Telecinco
"Sálvame". Una estrategia de marketing político para ganarse la
confianza de telespectadores votantes potenciales.
Y así las
encuestas oscilan a ritmo de música y de parrillas televisivas. La política se
convierte en una pugna de audiencias y muchos votos se deciden en apariciones
mediáticas. Cuando el presidente del Gobierno sonría mientras toma medidas
abusivas, bailemos. Como acaba diciendo Homer en el capítulo ya mencionado de
Los Simpsons tras ser esclavizados por el ganador de la elecciones: "A mí
no me mires nena, yo voté a Kodos".