La restauración de la restauración

La campaña del miedo contra los nuevos partidos tiene raíces históricas. PP y PSOE no protegen más que un régimen bipartidista y turnista como el que ya existió en España en el siglo XIX. Fotografía: burbuja.info

Ciudadano Kang

Genial capítulo de Los Simpsons que, pese a ser un especial de Halloween refleja perfectamente el sistema electoral americano y la maleabilidad del voto. Una representación pública favorable de los políticos puede valer una buena cantidad de votos. Fotografía: hipertextual.com

Educación de la economía

¿Es la educación un gasto? ¿Quizás una inversión? ¿O tal vez un derecho? Fotografía: escuela-amauta.org

Marionetas del poder...

Pitos en lugar de corrupción. Venezuela en lugar de programas. Eufemismos en lugar de palabras. Las cortinas de humo no son nuevas en la comunicación política y la película de Barry Levinson lo demuestra claramente. Fotografía: tintasalvaje.com

Vuelvo enseguida

Aquí el capítulo de la serie Black Mirror, "Be right back" al que hace referencia el artículo de Sheila Algarra "Mentiras digitales". Privacidad como mercancía. Fotografía: geekz.blog.hu

martes, 16 de junio de 2015

Un teatro de 140 caracteres


Juan Ignacio Cantero

Las chimeneas de las fábricas mediáticas siguen vertiendo humo. Los megáfonos del "todo sigue igual" siguen llenando de ruido el ambiente, pero ahora lo hacen con amplificadores. El sol solamente se ve un par de minutos al día, por culpa de las cortinas que ciegan nuestras ventanas...


Desde que el nuevo personaje Podemos abriera el telón y entrase en escena, no han cesado las reacciones de los grandes directores a su actuación revelación. La insistencia en modificar el teatro político nacional dejándole crecer la coleta, no ha gustado a los seguidores de la política declamada.

www.pepfarinblog.com
Tras el 24-M, nuevas fuerzas de vanguardia estrenaron obras en Madrid, Barcelona, A Coruña, Zaragoza… y, aunque todavía nadie ha visto el texto representado por los autores, los sectores tradicionales ya se han puesto manos a la obra para hacer fracasar los estrenos. “No podéis” y "Ahora Madrid apesta” son las armas que esgrimen en contra de los nuevos actores.

El censor en forma de medios de comunicación ya trabaja en rebajar la obra al mínimo exponente, elevando sus errores a la máxima potencia. La tragedia de los ayuntamientos  llevaba años convertida en drama con los toques de humor negro que las antiguas compañías introducían. Pero aparte del monopolio de la política, también poseen el de ese tipo chistes y atacan a los que los usan en nuevos tipos de dramaturgias.

El humor negro del que iba a ser concejal de cultura en Madrid, Guillermo Zapata, se ha convertido en humo negro nada más estrenar. Unos tweets de hace tiempo y totalmente sacados de contexto han servido a sus detractores para multiplicar su error por 140 caracteres. No formaba parte de la obra cuando escribió aquellos tweets, pero eso no quita que puedan resultar ofensivos para el público que es el que ostenta la razón. Pero la campaña en contra viene de parte de las grandes figuras del teatro político no del público. Si no pueden acabar con la compañía de un plumazo, intentarán ir desprestigiando uno por uno a sus actores. La excusa de esta vez es la afirmación de que el humor tiene límites. Algo totalmente correcto y más cuando se pertenece a la esfera pública o se atenta contra la dignidad de otras personas.

El problema es que el humor negro es reprochado y tildado de fechoría para estos nuevos intérpretes, pero siempre ha sido reído y aplaudido por los viejos directores. Respetar el franquismo, venerar al dictador, insultar a la izquierda, calificar de perroflautas a manifestantes, llamar terroristas a personas sin fundamento alguno, desear un tiro en la nuca a otros dirigentes políticos… Son solo algunos ejemplos del humor negro que siempre ha sido incluido en los libretos y se ha pedido la ovación para él. Y no solo eso. Resulta que en ese empeño por salvaguardar el teatro tradicional, se ha resuelto que el humor negro mal traído y ejecutado es motivo de sanción y de despido. Sin embargo nunca ha habido problemas por fallos de guión o de escena como escándalos de corrupción, incumplimientos de programas, apoyos de los grandes directores a forajidos y negaciones a su propio público.


El teatro político de vanguardia es escandaloso, innovador y los actores desconocidos. Por este motivo no gusta a los amantes del tradicional. Por eso seguirán realizando una crítica fundamentada en 140 caracteres.

Mentira digital


Sheila Algarra

El capítulo de Black Mirror llamado Be Right Back, representa un futuro marcado por la huella que dejamos tras la participación en las redes sociales como Twitter y en nuestra privacidad como la del correo electrónico. En este mundo, nuestros datos son aprovechados por alguna empresa que recurre a un software que extrae todos los datos que las personas han dejado en la red para establecer un programa que reproduce sus identificaciones y comportamientos.
En este capítulo, vemos como una chica pierde a su novio en un accidente y acude a una aplicación que le permite tenebrosas acciones como escuchar la voz o lograr una réplica casi exacta a la del fallecido. Este hipotético futuro, un tanto macabro, no dista tanto de la realidad en la que ya todos formamos parte. Un ejemplo son las condiciones de uso de los Smart TV de Samsung que tienen una cláusula que advierte al usuario de proteger sus conversaciones frente a sus dispositivos, ya que este podría oír y guardar las conversaciones, con la posibilidad  de cederlas a terceros. Hasta ahora hemos sabido que nuestra privacidad ha sido comprada y vendida, en ocasiones, por empresas para conocer muy bien los gustos y las tendencias de los consumidores y así saber qué vendernos, pero no somos conscientes de las repercusiones tremendas que esto puedo tener.

Nos venden productos y servicios como gratuitos y ni si quiera nos planteamos el por qué. Es una mentira encubierta, en el momento que regalamos nuestros datos, nosotros somos el negocio. Vivimos en la era de la información y nos creemos que no van a traficar con eso, pero casualmente empresas como Google se convierten en millonarias, ¿no eran gratis? Facebook compró WhatsApp por 16 millones de dólares, si fuera gratis, estarían cometiendo una locura. En un documental de “La noche temática” llamado Traficantes de armas digitales, viajan a lo que queda de lo que un día gobernó Gadafi y se cuelan en las ruinas del Ministerio del Interior. Ahí se puede ver el centro de escuchas telefónicas, ahí se guardaban conversaciones de personas por la seguridad de la ciudadanía, supuestamente. Para más incertidumbre de lo que pueden hacer con nuestros testimonios personales, los equipos de espionaje digitales son enormes y las empresas occidentales se las han vendido a las dictaduras más peligrosas y lo más sorprendente es que es legal.

Las nuevas tecnologías han ahogado en un mar de incógnitas a la sociedad en los últimos años. Una dependencia disfrazada de libertad. Nos venden redes sociales y aplicaciones  por un precio difícilmente perceptible, pero real. Nuestra privacidad tiene un valor intangible a la que es muy difícil ponerle un precio, pero al menos debemos ser conscientes de la existencia de ello. Aceptamos  las cláusulas de privacidad sin apenas leerlas, regalamos nuestros datos y una vez dentro, comienzan a saquearnos con consecuencias todavía desconocidas.



jueves, 11 de junio de 2015

Así de claro


Juan Ignacio Cantero

Hay veces en que la frase: “no dura tres telediarios” se cumple literalmente. Así de claro el nuevo espacio de Ernesto Sáenz de Buruaga en TVE ha emitido tres programas antes de desaparecer. Se puede decir que ha pasado a mejor vida, pero nunca que pasará la historia. Su cancelación está basada en unas pobres cifras de audiencia, pero los índices de espectadores suelen tener un trasfondo explicativo. El del programa de Buruaga lo tiene: y es que era un flagrante despropósito y un insulto a la televisión pública de todos los ciudadanos.

cadenaser.com
Así de claro ha sido solo un escaparate del deterioro de la playa de TVE tras el ataque de las gaviotas. De por sí, la cadena pública ya ha perdido un tercio de la audiencia desde el inicio de la legislatura azul, aunque ese no es el principal problema. En un medio público no debemos mirar únicamente el share o la rentabilidad, sino que sea reflejo de todos los ciudadanos, que son los que lo mantienen. Pero el gobierno popular se ha encargado de deshonrar a su nombre y de que RTVE sea de todos menos del pueblo. La televisión pública española se ve hoy en día con rayas que pintan el mundo de azul Gobierno. Su marca personal es una información sesgada, un perrofalderismo hacia el partido de Moncloa y un antiperiodismo feroz.

El programa de Buruaga pretendió ser una ramificación de ese potente tronco que lleva tiempo sin dar fruta fresca y comestible. El espacio tomaba aspecto de debate, pero sin tener en cuenta que para que haya debate hace falta tener distintas opiniones. Sin duda alguna, era el espacio con menos pluralidad de todo el panorama televisivo, y eso viniendo de la pública es intolerable. Una especie de No-Do disfrazado de color, en el que una serie de personajes añoraban tiempos pasados y defendían su reproducción en el presente. Alfonso Rojo, Victoria Prego o Ángel Expósito se deleitaban con la carnaza de algún personaje escogido con precaución para estar indefenso y servir de carroña para los buitres reales. Y por si fuera poco, el propio moderador, Sáenz de Buruaga, se dedicaba a comentar las jugadas continuamente, expresando su opinión todopoderosa. Los temas e imágenes estaban minuciosamente seleccionados, para machacar a la oposición y aupar al PP como partido único e indiscutible, y sin embargo, tenías que escuchar a los tertulianos diciendo que Podemos es hitleriano y dictatorial.

¿Es esta propaganda política gratis y desinteresada? La respuesta es no, ya que los tertulianos del programa cobraban 500 euros por cada intervención. Un mitin subvencionado por parte de la televisión pública que nosotros mantenemos y que el Gobierno controla. A ellos que tanto les gusta hacer comparaciones de partidos políticos con regímenes dictatoriales, hay que decirles que el control de la opinión pública y la manipulación de los medios de comunicación hacia el sectarismo, son acciones propias de un sistema que apuesta por la falta de libertad y el poder institucionalizado.

TVE no es el primer ejemplo, ya que Canal Nou, Castilla-La Mancha Televisión y Telemadrid entre otros, ya han sido víctimas de la prestidigitación. El caso de la pública madrileña es precisamente un calco de lo que se ha hecho con la estatal, con propaganda subvencionada, amiguetes ideológicos y concesiones a dedo.




El problema para estos Gobiernos, es que pese a que piensen que los ciudadanos son estúpidos y aceptan toda la basura coloreada que se les arroja, lo cierto es que a mayor manipulación menor audiencia. No es una ley matemática, pero sí que en los casos mencionados se vio un claro deterioro de los índices de espectadores en esas cadenas tras convertirse en aparatos del partido. Pero aún así, se seguirá gastando nuestro dinero en desinformarnos y emitir programas para intentar que apartemos  la mirada del ojo del huracán, para que la pongamos en el viento que se genera alrededor. Por muchos programas de ese estilo que sigan emitiendo, la gente seguirá repudiándolos hasta que se cancelen. Así de claro.